Peña Rueba (Ascensión por Varella Portillo, y descenso por la Mora).

Nos acercamos hasta la población de Murillo de Gállego, cogemos el acceso a dicha población, hasta que llegamos a la parte alta, donde se bifurca en tres, de está cogemos la pista de tierra que sale a la derecha y continuamos por ella durante un par de kilómetros, pasando junto a unas balsas de riego.

En los últimos metros el camino está bastante deteriorado, así que cuando llegamos a un viejo camino en deshuso, donde caben tres o cuatro coche, aparcamos y desde aquí comenzamos a caminar durante doscientos metros, hasta que llegamos al aparcamiento, donde cogemos un sendero, marcado con un hito por el que rápidamente enlazamos con camino algo comido por la vegetación.

Desde aquí comenzamos a ganar desnivel, poco a poco el camino se va estrechando, hasta que cerca de las paredes de la Peña Rueba, alcanzamos un cruce de senderos, donde iniciamos la circular.

En este punto, tenemos dos opciones, continuar hacia la izquierda para subir por la vía ferrata de Varella Portillo, o girar a la derecha para subir por la vía ferrata de la Mora. Nosotros optamos por continuar hacia la izquierda, ya que la vía ferrata de Varella Portillo es más vertical, así que rodeamos la Peña Rueba, con precaución en ligero descenso, ya que el suelo tiene mucha piedra, y es fácil resbalar.

Tras realizar una corta bajada, el sendero desaparece, afrontamos una sencilla trepada, y unos metros después, volvemos a encontrar el sendero por el continuamos descendiendo durante poco más de cien metros, hasta que una vez fuera de la base de la Peña Rueba, comenzamos a ganar desnivel de forma más rápida.

Poco a poco vamos virando hacia la derecha, teniendo de referencia una V natural que forman dos rocas y donde se encuentra el inicio de la vía ferrata de Varella Portillo.

Durante unos metros, el terreno se suaviza, hasta que alcanzamos la base de una pedriza, donde vamos alternando tramos de piedra suelta, con otros de matorral bajo, con el que vamos ganando metro a metro, hasta que llegamos cerca de un pequeño collado, donde encontramos el acceso a la vía ferrata, que se encuentra señalizado con un hito.

En este punto junto a una gran roca, aprovechamos para ponernos los equipos, caminamos durante diez metros por una senda, hasta que alcanzamos el inicio de la vía, donde comenzamos con un par de grapas, que no meten de lleno en la vía, y nos deja en la pared principal.

El primer tramo avanzamos por un pared algo vertical, tan solo equipada con cable de vida, y varios tramos de cadena, más adelante llegamos al tramo más vertical, donde escasea el hierro, y tenemos que ir buscando agarres naturales en la roca, que los tiene a cientos y muy buenos, y que nos permiten seguir avanzando.

Superado este segundo tramo, la pared pierde verticalidad, continuamos por un tramo tumbado, equipado tan solo con cable de vida, y cadenas, hasta que alcanzamos el inicio de la cresta, donde finaliza la ferrata.

En este punto, aprovechamos para hacer una parada, para comer y echar un trago, mientras disfrutamos de la amplia panorámica que tenemos de la Sierra de Guara, la Hoya de Huesca, los Mallos de Riglos, y de los pirineos.

Después comenzamos el largo cresteo hacia la cima de Peña Rueba, los tramos más complicados se encuentran equipados con cable de vida, aunque ninguno representa una gran dificultad.

Una vez en la cima de Peña Rueba, que se encuentra marcada con un hito, nos detenemos unos instantes, después continuamos nuestro camino, y comenzamos a descender, siguiendo los hitos y un sendero bien definido, teniendo los Mallos de Riglos como telón de fondo.

Poco a poco la pared se va inclinando, hasta que alcanzamos una larga placa ligeramente tumbada, donde volvemos a encontrar cable de vida. Cerca de la Peña Varella, afrontamos unos últimos tramos algo más verticales, donde descendemos con la ayuda de unas cadenas, hasta que afrontamos un corto flanqueo hacia la izquierda, con el que alcanzamos un pequeño collado.

Aquí podemos continuar con la ferrata o desviarnos hacia la Peña Varella, nosotros escogemos está opción, así que avanzamos unos metros, y comenzamos a realizar una serie de trepadas, equipadas con cable de vida, con la que llegamos a la cima de la Peña Varella.

Nos detenemos un instante para fotografiarnos, y después destrepamos hasta el collado, donde continuamos descendiendo por terreno de conglomerado, equipado tan solo con cable de vida, que a excepción de algún sencillo destrepe, el resto es todo caminar.

Tras este largo tramo sin mucho interés, la cosa comienza a ponerse más entretenida, empezamos a realizar una sucesión de destrepes, donde nos ayudamos de presas naturales, e incluso de la vegetación, para finalizar con un pequeño resalte que salvamos ayudándonos de una grapa, que más bien está colocada para ser ascendida que descendida.

Ya por sendero, continuamos el descenso, cuando todo parece finalizar, alcanzamos un último tramo vertical, equipado con algunas grapas bastante alejadas, por lo que tenemos que ir ayudándonos de ellas, pero también buscando apoyos en la roca.

Una vez superado, finalizamos la vía ferrata de la Mora, continuamos por sendero rodeando la Peña Rueba, y pasando por las cercanía del inicio de varias vías de escalada, hasta que llegamos a la unión de senderos de esta mañana, y donde cerramos el circulo.

Ahora ya, regresamos en ligero descenso por el sendero de esta mañana, y en vez de girar a la derecha para salir al aparcamiento principal, continuamos todo recto para salir justo donde tenemos el vehículo, dando por finalizada esta bonita actividad.